jueves, 28 de julio de 2011

Completamente azul


Algunas mañanas paseo con rumbo incierto. Si estoy triste camino bastante más deprisa y durante más tiempo que cualquier otro día. No puedo estarme quieta. Es como si quisiera limar mi tristeza empezando por las plantas de los pies. Casi nunca se encuentra nada interesante en el camino. A las afueras del asfalto un movimiento de ramas, un leve olor a flores, el canto de algún pájaro. Hoy al pasar por una guardería, la voz de una joven monitora ha preguntado:
― ¿De qué color es el lunes?
No sé que habrán contestado los niños, no me he parado a escuchar. Pero me he preguntado dónde habrá aprendido la tutora esa forma de preguntar que me retrotrae a la infancia.
― ¿De qué color es el miedo?― preguntaba mi madre si mis hermanos o yo confesábamos sentirlo en algún momento. Y no teníamos respuesta.
― ¿De qué color es el lunes? Me he preguntado hoy. Y lo encuentro completamente azul.

martes, 10 de mayo de 2011

Adiós abril, adiós



Sobrevivir a la primavera. Un año más. Oyendo el piar de los pájaros nuevos que cantan como si fueran los primeros sobre la tierra y el funcionamiento de ésta dependiera de sus trinos, notando el temblor de las hojas en las copas de los árboles como si ellos, muy por encima de nuestras cabezas, también tuvieran miedo.
Sobrevivir a la primavera. Romper las rutinas, ignorantes de que esa ruptura nos devuelve la vida al cuerpo.
Sentirse tan vulnerable como un renacuajo en un estanque, tan impotente como la rama del sauce que no llega a rozar el agua. Notar el peso de siglos en las plantas de los pies. Sentir el dolor en cada paso y agradecer que a pesar de todo sigan caminando y nos lleven siempre hacia adelante. Porque cuando no se busca ni se espera nada se puede disfrutar lo que se encuentra.