sábado, 29 de noviembre de 2014

El vestido mariposa

Todo comenzó en el Museo Metropolitano de Nueva York, cuando Roxan miró el hermoso vestido de Charles James. De color naranja degradado y brocados en bronce, a la distancia adecuada parecía una bella mariposa e invitaba a salir volando con él puesto.
Lo deseó con vehemencia. Le dijeron que no estaba a la venta. Pero todo tiene un precio y si algo tenía Roxan entonces, era dinero.
Dedicó sus días a la ilusión de alcanzarlo y las noches a soñar con sus formas. Cinco años tardó en conseguirlo.
Se lo probó con sumo cuidado para no romperlo, al mover la tela se desprendía parte del polvillo que lo envolvía entero. Roxan por fin parecía una mujer feliz. Apenas le dio tiempo a mirarse al espejo.
Cuando una mariposa anaranjada, con arabescos en  las alas, se cruce en tu camino, fíjate bien, si vuela con elegancia y tiene una gran concentración de felicidad en la cara, agita la mano y salúdala.