viernes, 11 de enero de 2008

El costurero


El costurero llegó al pueblo cuando yo tenía nueve años, y tuve que esperar un curso entero para abrazarlo. María Luisa Horcajada se lo vendió a mi padre con cien papelitos de azafrán, muy bien doblados, dentro. Fue mío desde el principio pero tuve que esperar hasta que se vendiera el contenido.
No era un costurero, era, y sigue siendo, una caja de madera decorada con una estampa andaluza.
Preparé los hilos de colores, enrollados sobre papeles con dibujos de la escuela. El canutero de madera lleno de agujas finas. La almohadilla, o acerico, para los alfileres con cabezas de colores. Un dedal de plástico rojo, cinta métrica de papel y unas tijeritas.
Quienes entraban a la tienda admiraban tan hermosa caja. En junio nos dieron las vacaciones y, al fin, puse los hilos dentro, el canutero, el dedal y las tijeras.
Más de treinta años después todavía lo tengo. Cuando abro la tapa hablo con el tiempo.

6 comentarios:

Marian dijo...

Cuanta nostalgia sentimos al ver eso pequeños objetos que guardamos desde la infancia y cuantos recuerdos nos traen.
Un abrazo.

Marcela, de Mujeres de 40 y más! dijo...

Edurne,

Qué linda historia!
Es un tesoro sin dudas...
Yo también guardo pequeños tesoros aunque no muchos. Al fallecer mi abuela hace muy pocos meses, vinieron a mis manos cartas perfectamente conservadas que ella atesoraba como oro.
Esas cartas se las enviaba yo desde el exterior, cuando viví unos pocos años en Perú, durante mi adolescencia. De pronto, resurgieron situaciones vividas en el extranjero.
Esas palabras y tinta algo borroneada, volvieron a mí. Ahora están prolijamente guardadas en un cajón, cada una en su sobre respectivo.

Te mando un beso

Migdalia B. Mansilla R. dijo...

Me fscina la imagen del tiempo, etéreo y utópico, guardado en una caja, que para ti es un costurero, donde seguro, bordaste, creaste puntada a puntada, la ilusión de la vida.

Adicta sigoa tus palabras.

Besos, Migdalia

Miguel dijo...

Si, Carmen, y cuando lo abres se te llena la casa de olores y colores, y vuelve la infancia y tus ojos, y la ventana abierta a la nostalgia.
Precioso
He visto el corto de " Un cáliz", el sonido es estupendo, la imagen siempre se ve algo peor, pero el resultado es muy bueno. Un enlace me llevo a otras cosas tuyas, otras letras. Y he salido encantado.
Me estoy extendiendo mucho , pero tu direccion de correo no la tengo...
Abreviando, has inventado el paromites, al principio no sabía muy bien como era.
Parece intuitivo, y una mezcla de varios dialectos.
Me sorprendes
Besnú, y sigue creciendo...

Waiting for Godot dijo...

Es increíble como a algo que ante otros ojos es simple, tu le saques tanta belleza. Muchos besos.

. dijo...

precioso!
tengo un costurero de mi mamá, lleno de cositas, que ni siquiera corresponden a un costurero, pero asi quedará, me recuerda a ella

te quiero mucho amiga :)

besosssss
claudia