lunes, 24 de marzo de 2008

La pasión


A veces sobran luces, velas y flores para encontrar la esencia de las procesiones, cadenas, cruces y estandartes, mantillas negras y rosarios en manos de plañideras, bordados, dorados… es decir, casi todo. Prefiero ver el milagro del pan y los peces sobre un suelo de tierra seca, la resurrección de Lázaro, hermano de Marta y María, entre matojos, La Santa Cena en la plaza, o cualquier otra escena de la vida de Jesús interpretada por un pueblo. En Morata de Tajuña llevan XXII ediciones poniéndose de acuerdo, y eso sí que es un milagro. Los hombres se dejan crecer la barba y las mujeres caminan con sus hijas de la mano, vestidas con túnicas que han hecho ellas mismas. El pan es de verdad y huele a pan, la fruta de los puestos huele a fruta natural. Y saludamos al apóstol san Pedro (que se llama Modesto) al pasar. Con el grupo de teatro TALIA, Jesús ora en el huerto, junto a olivos verdaderos.
Cuatro horas de espectáculo declarado fiesta de interés turístico.

1 comentario:

Marian dijo...

Hay representaciones del pueblo llano que no las supera el mejor elenco de actores profesionales.
Seguro que merece la pena ver esa representación.
Besitos.